¿Cómo atrapar con la mano una bala disparada?
Durante la primera guerra mundial, según información de prensa, a un aviador
francés le ocurrió un caso extraordinario. Cuando iba volando a dos kilómetros de
altura, este aviador se dio cuenta que junto a su cara se movía una cosa pequeña.
Pensó que sería algún insecto, y, haciendo un ágil movimiento con la mano, lo
atrapó. Cuál sería su sorpresa cuando comprendió, que lo que acababa de cazar
era... ¡una bala de fusil alemana!
Las balas no se mueven durante todo el tiempo con la velocidad inicial de 800-900
m/s, sino que, debido a la resistencia del aire, van cada vez más
despacio y al final de su trayectoria, pero antes de empezar a caer, viajan
solamente a 40 m/s.
Esta era una velocidad factible para los aeroplanos de
entonces. Por consiguiente, la bala y el aeroplano podían volar a una misma
velocidad, en un momento dado, y, en estas condiciones, aquélla resultaría inmóvil
o casi inmóvil con relación al piloto.
Es decir, éste podría cogerla fácilmente con la
mano, sobre todo con guante (porque las balas se calientan mucho al rozar con el
aire).
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