¿Por qué pinchan los objetos punteagudos?
La fuerza, efectivamente, es la misma, pero la presión es diferente. En el primer caso, toda la fuerza se concentra en la punta de la aguja; en el segundo, esta misma fuerza se distribuye por toda la superficie del extremo del clavo. Por lo tanto, la presión que ejerce la aguja es considerablemente mayor que la que ejerce el clavo romo, aunque el esfuerzo que hagamos con la mano sea igual en ambos casos.
Cualquier campesino puede decir, que una grada de 20 dientes desmenuza la tierra
más profundamente que otra, de igual peso, pero con 60 dientes. ¿Por qué? Pues,
porque la carga sobre cada diente, en el primer caso, es mayor que en el segundo. Un hombre puede andar perfectamente por la nieve blanda cuando lleva esquís, pero sin ellos se hunde. ¿Por qué? Pues, porque, en el primer caso, la presión de su cuerpo se distribuye sobre una superficie considerablemente mayor que en el segundo. Si los esquís tienen, por ejemplo, una superficie 20 veces mayor que la suela de nuestros zapatos, cuando marchamos sobre aquéllos, ejercemos sobre la nieve una presión 20 veces menor que cuando lo hacemos a pie. La nieve blanda resiste la primera presión, pero no la segunda.
Finalmente, la particularidad característica de los tanques y de los tractores orugas,
de no atascarse en los suelos blandos aunque suelen ser muy pesados, también se
explica por el hecho de que su peso está distribuido sobre una gran superficie de
apoyo.
En este caso, las grandes superficies de apoyo resultan tan ventajosas, desde el
punto de vista técnico, como en el caso de la aguja lo era la superficie pequeña.
Por esta misma causa, los cuchillos afilados cortan mejor que los que están
embotados, ya que la fuerza se concentra en ellos sobre un espacio menor. |
Extraído de "Física Recreativa" de Yákov Perelmán. |