¿Existe el móvil de movimiento perpetuo?
De los motores de “movimiento continuo” y del propio “movimiento continuo” se
habla frecuentemente, tanto en sentido directo como figurado, pero no todos
comprenden claramente qué es lo que debe entenderse por esta denominación. La infecundidad de todos estos intentos hizo llegar a la convicción de que el motor de “movimiento continuo” era irrealizable y contribuyó a formular uno de los principios básicos de la ciencia moderna: la ley de la conservación de la energía. En cuanto al propio “movimiento continuo” (o movimiento continuo de segunda especie) se refiere, debe entenderse por él todo movimiento ininterrumpido, que ni realiza trabajo ni consume, energía.
![]() En la figura de la izquierda está representado un mecanismo seudoautomotor, uno de los más antiguos proyectos de motor de “movimiento continuo”, que los fracasados fanáticos de esta idea vuelven a hacer renacer incluso en nuestros días.
El mecanismo consiste en una rueda, a cuyo perímetro van sujetos unos palos
abatibles, los cuales tienen en sus extremos libres unos contrapesos. Ahora está indiscutiblemente demostrado que no es posible construir un mecanismo que, además de moverse a sí mismo, efectúe algún trabajo y que intentar resolver un problema como éste es perder el tiempo. Pero antes, sobre todo en la edad media, eran muchos los que se rompían inútilmente la cabeza intentando resolverlo y perdían lamentablemente el tiempo en inventar el motor de “movimiento continuo” (en latín perpetuum mobile). La consecución de un motor de este tipo se consideraba una idea más seductora que el propio arte de obtener oro de metales baratos.
Pushkin, en sus “Escenas de los tiempos caballerescos” describe uno de estos ilusos
personificándolo en Bertoldo.
- El perpetuum mobile - le respondió Bertoldo - es el movimiento continuo. Si encuentro el movimiento continuo, no veo los límites que pueda tener el poder creador del hombre... ¡Comprendes, mi buen Martín! Hacer oro es un problema seductor, un descubrimiento que puede ser interesante y lucrativo, pero hallar el perpetuum mobile... ¡Ah!”
Examinemos otro ejemplo de seudomotor de “movimiento continuo”: la rueda en cuyo interior se mueven bolas pesadas (figura de la derecha). Su inventor suponía, que las bolas de uno de los lados de la rueda, al encontrarse más próximas al perímetro, harían girar a ésta con su peso.
Está claro que no ocurre así, por la misma causa que vimos al examinar la rueda
representada en la figura de la izquierda. Sin embargo, en una ciudad norteamericana fue
construida una enorme rueda de este tipo, para servir de anuncio en un café.
|
Extraído de "Física Recreativa" de Yákov Perelmán. |